El ídolo Canalla, de vuelta en su casa, tras su primer entrenamiento.
ÁNGEL DI MARÍA fue presentado en el mediodía de este lunes como nuevo futbolista de Rosario Central, en lo que es la concreción de un esperado regreso que se dilató por años y que finalmente se dio. A continuación, las reflexiones del legendario delantero que además de héroe Canalla se recibió de prócer con la Selección Argentina.
“Es algo muy lindo, que soñaba hace bastante; quise antes y no se pudo, pero ya pasó y estoy acá con mi familia: jugar en Central, estar de nuevo en el Gigante, sentirme parte otra vez de este gran club”.
“Estoy orgulloso de todo lo que hice pero para mí esto es más que todo: es algo muy espeical poder volver a vivir a Rosario con mi familia, vestir esta camiseta”.
“Ser campeón con Central es lo único que me falta; el sueño de volver estaba y lo cumplí. Lo siguiente es ser salir campeón”.
“Es mucho más que como lo imaginé, hoy mientras me entrenaba miraba para los costados y no lo podía creer. Parecía como si fuese la primera vez, las mismas sensaciones, la misma adrenalina. Lo que pasaba por mi cuerpo cuando iba llegando a Arroyo Seco fue algo muy lindo, lo disfruté a pleno”.
“Quería retirarme en Central, pero en este momento no pienso en el retiro sino en jugar en el mejor nivel”.
“Mi mujer fue la que puso siempre el pecho cuando me mataban y hoy estoy acá por el amor de mi familia y por el amor que tengo por Central”.
“Hay que preguntarle a Ariel (Holan, el entrenador) si voy a estar o no, ya entrené y me siento bien. Estoy contento. Fueron pocos días de vacaciones pero tenía mucha ansiedad. El sábado va a ser algo muy lindo, después veremos si toca o no jugar”.
“Mis hijas desde que nacieron saben lo que es Central, es todo pasión, la más chiquita tiene los nervios peor que yo. Otro sueño que tenía era poder entrar a la cancha con mis hijas y que vea mi mujer y también mi mamá”.
“Mi vida fue eso siempre: chocar y seguir. Siempre hubo trabas en el camino, pero la traba ya pasó y ahora estoy acá”.
“Boca ya me hizo sentir lo que va a ser el fútbol argentino, pero después depende de lo que vaya haciendo en la cancha y de lo que me pida el entrenador. Hay más choque y es mucho más duro, pero iré sacando mis armas para defenderme de todo eso y ayudar al equipo”.
“Vivo mirando fútbol y más el argentino. Sé cómo se vive y cómo se juega. Cada uno tendrá su manera de recibirme: si me putean, me putean; si me aplauden, me aplauden. No estoy con la camiseta de la Selección, que venga lo que venga”.
“Este año las cosas se dieron solas y estoy feliz de que así sea. Estoy muy feliz en Rosario ya disfrutando de la familia y los amigos. Mientras ellos estén felices, yo lo estoy dentro de la cancha y eso para mí es todo”.
“Intentaré hacer lo que hago siempre, lo que aprendí a lo largo de mi carrera y lo que fui haciendo en cada club. Cada entrenamiento y cada partido me hizo aprender y crecer como jugador y como persona. Central viene haciendo las cosas muy bien, el semestre pasado lo hizo perfectamente. Intentaré no hacer cagadas porque las cosas venían muy bien”.
“Hace como un mes que venimos hablando con Holan, desde hace bastante que tenemos buena relación y eso es importante también. Intentaremos lograr el objetivo de ser campeón: esto es Central y te pide lo máximo”.
“No volví porque el club está bien y hacen cosas; siempre quise volver estuviera quien estuviera, siempre lo tuve en la cabeza. Pero con Gonzalo Belloso tengo una relación desde hace años, la gente está contenta y para uno eso es importantísimo. Llegar de esta manera es mucho más lindo y estoy agradecido”.
“Hablé con Messi y con muchos de los chicos porque es obvio que tengo una relación muy linda con ellos. Están felices de que pude lograr lo que quería, estuvieron siempre muy presentes y son como hermanos, más que amigos, estoy muy feliz por eso. Leo me escribió hace poco, dejó pasar un tiempo, me felicitó y deseó lo mejor, me dijo que estaba feliz de que pudiera cumplir el sueño porque hablamos mucho”.
Tras responder las preguntas del periodismo, el secretario técnico del club, Federico Lussenhoff le entregó la camiseta número 11, con la que posó ante los fotógrafos. Luego de ello, junto con su esposa y sus dos hijas se dirigió hasta el césped del Gigante, donde no pudo evitar las lágrimas y se fundió en un abrazo con ellas una vez que lo pisó.
Después se puso por primera vez la camiseta en su regreso y cuando le pidieron que haga jueguitos con la pelota, bromeó: “No, eso el sábado”.